El super héroe de mi infancia

Querido lectores, siguiendo con la temática del poema que publiqué el miércoles, ya para ir cerrando este tema les dejaré hoy un relato de una de las historias más bellas y a la vez más tristes de mi infancia.
Lo que les voy a contar es totalmente verídico. No fue lo peor que me pasó, ni tampoco vivo del pasado, pero quiero publicar esto para que todos sepan por qué quiero tanto a mi hermano y por qué estoy tan orgulloso de que él sea parte de mi familia. Esta es solo la primera de las tantas veces que él me defendió y me ayudó a seguir adelante en aquellos, que fueron los días más difíciles y más duros de mi vida.
Sin más preámbulo, espero que les guste la historia. Agradezco sus visitas a mi espacio.

Tenía solo 4 años cuando esto me ocurrió. Aún lo recuerdo como si hubiese sido ayer.
Eran tiempo muy difíciles, pasábamos por situaciones terribles. La vida nos golpeaba muy fuerte y éramos solo niños,no estábamos preparados para enfrentar lo que nos pasó.
Detallar todo lo que atravesamos daría para mucho más que un simple relato. Esta es  tan solo una de las veces que el mundo nos golpeó y la gente nos dio la espalda. Y tuvimos que atravesar y vencer solos esas situaciones, aun siendo niños. Lo bueno es que a pesar de que todos nos daban la espalda, nos teníamos el uno al otro entre hermanos.
En el colegio al que asistía, había cinco niños que me golpeaban, me insultaban, me quitaban de los lugares en donde yo iba a jugar en los recreos por puro capricho y me buscaban a donde fuera que iba solo para molestarme. Los niños no deben haber tenido más de siete u ocho años, sin embargo yo, con cuatro, los veía enormes e invencibles. Era una situación horrible e incómoda, que tenía que vivir cada día en ese colegio.
Recuerdo que cada vez que entraba, lo único que quería era salir, para mí, era como entrar en un infierno.
Recurrí a la maestra del colegio, enseñándoles mis heridas, pidiendo que por favor me ayudara. Pero aunque les parezca increíble, absurdo e incomprensible, la maestra no hacía más que golpearme y mandarme castigado. Y así cada día tenia que soportar esa situación. Impotente, sin poder escapar, sin saber qué hacer, con tan solo cuatro años. Era una situación que me destrozaba el alma cada día y de la que no podía escapar. Así se siente cuando te hacen bulling, y más aun siendo tan pequeño.
Hasta que un día mi hermano, que en aquel entonces tenía tan solo cinco años los enfrentó y les dijo: "dejen de molestarlo, él no les hizo nada". Mi hermano sabía que no tenía oportunidad de vencer a cinco niños que eran tres años mayores que él, pero eso no le importaba. Mi hermano me quería con toda su alma y si yo tenía que vivir un infierno, él lo iba a vivir conmigo. Si yo me tiraba a un pozo, él se tiraría a buscarme, de eso no tengo ni la menor duda. Mi hermano me defendería siempre con toda su alma pasara lo que pasara.
Lo tomé del brazo y le dije: "Diego, estás loco, te van a pegar a vos también, corre, sálvate, no quiero que te peguen".
Los niños se reían, se burlaban y se preparaban para darnos una paliza. La maestra miraba sin hacer absolutamente nada.
En ese momento mi hermano, como si fuese un pequeño héroe, tomó una piedra y se la lanzó a uno de los niños en la cabeza. El niño, al recibir el impacto cayó al suelo inconsciente. Los otros cuatro corrieron asustados y nunca más volvieron a molestarme.
Las maestras nos odiaron. Pasé el resto de los recreos solo, sin amigos, sentado en un banquito, mirando la calle, esperando que llegara mi familia a buscarme.
Al final, la maestra sin motivo, intentó hacerme repetir el año.
Ahí fue cuando mis abuelos y mi tía salieron a defenderme. Jamás olvidaré a mi abuela y a mi tía enojadas haciéndole ver a la maestra lo patética que era.
La maestra se largó a llorar, y tuvo tanta suerte que logró conservar su empleo. Yo pasé de año y me cambiaron de colegio.
Sin duda es una historia que jamás olvidaré, que viví junto a mi hermano. EL SUPER HÉROE DE MI INFANCIA.



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