Testimonio de Amor en prosa..

miércoles, 18 de julio de 2018


Queridos lectores, en primer lugar quiero decirles que estoy muy feliz de volver a publicar un nuevo desvelado después de tanto tiempo. Pasaron casi 4 años desde la última vez y créanme que los extrañe muchísimo, no se imaginan cuánto. Es súper especial para mi sumar un nuevo miembro a la familia y espero que al igual que los demás, sea tratado con el mismo aprecio y amor que siempre les han dado. Les agradezco infinitamente porque cada visita, cada comentario, cada like y cada muestra de apoyo de su parte al blog; son como caricias al alma para mí, y siempre les estaré eternamente agradecido por eso. A todos los que estén leyendo les mando un abrazo enorme y les deseo lo mejor, que todos sus sueños se hagan realidad y que tengan muchos éxitos y bendiciones en cada uno de los proyectos que se propongan a realizar en su vida. Y ahora sin más preámbulo les cuento sobre que trata el poema de hoy:
El día de hoy publicaré un poema de amor en prosa, un relato muy tierno y apasionante de una historia con la que sé que muchos se sentirán identificados. Este poema lo he escrito junto a una hermosa escritora y compañera de la facultad, pero sobre todo maravillosa persona que ha estado siempre que la necesite y ha cambiado mi forma de verme a mí mismo y mi forma de ver la vida. Su nombre es Mara Belén Ramos. Recuérdenlo bien, porque algún día muchos querrán un autógrafo y una foto con ella, así que aprovechen ahora que aún no ha explotado del todo su talento para poder presumir más adelante que pudieron conocerla.
Espero que disfruten del poema:


En vos, Se alinea nuevamente mi universo, al pensar en ti, se inspiran, cada uno de mis versos.
Tus caricias, mimos y abrazos, como huellas han quedado en mi piel, y aquellos sublimes besos tan dulces como la miel, todo esto hoy me sabe, tan amargo como una hiel.
Me caen por sorpresa permanentemente, los recuerdos de aquel amor siguen intactos en mi mente. Como agua helada bajándome por la columna, se sintió verte partir aquella noche bajo la luna. Por culpa de tu cobardía, por temor al fracaso, renunciaste a todo aquel día, dejando mi corazón en la agonía.
Probablemente no quieres leerme, quizás por miedo a que te duela. A veces las cosas pasan sin que uno las pidiera. Pasa el frío, el calor, el verano, el otoño y la primavera, pasaron nuestras promesas, sueños y amor aunque claramente no quisiera. Pero no te preocupes cariño, porque todo se supera.
Recuerdo la estación tercera, adorabas septiembre a tu manera. Te encantaba ver como todo florecía, sé que nunca lo admitía, pero al igual que tú, disfrutaba mucho aquellos días. Disfrutaba tus caprichos y tus mambos, tus locuras quinceañeras. Aunque al pensarlo la verdad, eras maduro para tu edad.
Como olvidar el resplandor, de este loco, loco amor; mi primer amor. Aquel que se vive una sola vez, y te hace perder toda lucidez, aquel que un descuido, penetro completamente mis sentidos; y sin dudarlo en un segundo, te convertiste en el centro de mi mundo.
Fue lindo hasta chocarme con la realidad, esas lágrimas tiernas cuando me dijiste con piedad: “espero que te amen con esta misma intensidad”. Agradezco de verdad, la valentía de tu ser, pues te animaste a romper, aquello que yo misma no pude hacer, y con el tiempo comprender, que esos pedacitos se podían rehacer.
Fueron una obra de arte, los cristales de tus ojos, que reflejaban a su antojo, los signos vitales de aquel alma: “fuerte y débil a la vez”. Debería hacerte un monumento, por quemarme en el infierno y presentarme el firmamento, todo junto al mismo tiempo.
Si me vieras ahora, derrochando lágrimas a toda hora, dándolo todo por una causa perdida, comprenderías que fuiste, el verdadero amor de mi vida. Nunca habrá otro como el primero, tan sano, puro y tan sincero.
Tal vez tú también sufriste, como sufrí yo tu partida, tal vez tú también pensaste: “que poco duro nuestra alegría”. Las cosas pasan por algo, llámalo destino o tal vez vida.
A veces es tan corto el amor y tan largo el olvido, pero no te guardo rencor; atesoro con ternura lo vivido:
Fue hermoso poder amarte, cada noche soñarte, y lo mejor del paisaje regalarte, para poder enamorarte. Fue bello bajar juntos el cielo, y exigir nuestros anhelos, a aquella vida egoísta que de nosotros sintió celos. Quisiera retener esos momentos y congelarlos como hielo. Pero esa misma vida me ha enseñado, que el camino no es recto sino enredado.
“Todo pasa por algo” dice la gente, y yo te digo simplemente, que seas feliz, como aquel día en ese puente, en el que tu sonrisa volteó mi mundo. Sin decir nada, con la mirada, penetraste mi ser hasta en lo más profundo. Y sin decírtelo internamente, supe que recordaría aquél día hasta la muerte.
Que la vida no te viva, mejor vívela primero. Se feliz y conquista, con tu sonrisa al mundo entero, y no te olvides de mí; pues por si acaso yo te espero.
Las heridas cicatrizan, se cauterizan con medicina; y nuestro amor de las cenizas, podría recobrar su adrenalina.
Quizás lo quiera el destino, a veces bondadoso y a veces tan ladino.O quizás, tal vez quiera; que solo
 
seas mi amigo, y aun así yo lo bendigo; porque aunque de este amor hoy me desligo, fue un placer coincidir en esta vida contigo.

Espero que el poema les haya gustado, les pido que me apoyen dando like y comentando en mi página de Facebook, a la cual podrán acceder dando click aca. Mil gracias Belen por escribir este poema conmigo y mil gracias Fiama y Estefi por motivarme a volver.